Fútbol a través de La cultura del “Dejar ir”.
Son algunos autores como Hawkins que en su libro ya nos habla de esta forma de afrontar la vida. Pero cómo aplicarla al entrenamiento, al estilo de vida del alto rendimiento, a la construcción de relaciones constantes. Esa voluntad de crear una arquitectura deportiva, sana, competitiva y duradera…
Todo parte de uno mismo, porque cuando hablamos de “dejar ir”, se necesita un esfuerzo para reprogramar nuestros sentimientos y pensamientos.
Se trata de un proceso de transformación, donde la presión acumulada, la dificultad de expresarse, y todo aquello que tiene que ver con falsas creencias, apegos y un sin fin de certezas que nos vienen dadas, actúan como saboteadores de nuestra mejor versión en el día a día.
Enfrentar este proceso te abre un nuevo camino para aumentar tu estado de felicidad con los que te rodean, tus compañeros de oficina, tus porteros, en mi caso.
Comprender las emociones que nos suceden, en competición, tras un mal resultado, un cambio de ciudad, una crisis familiar…
Sanar ese pasado, a veces inmediato, otras veces más profundo, con la ayuda externa si se requiere. Para lograr fortalecer las emociones positivas en ti, y automáticamente, en los que afecta a tu entorno inmediato.
En definitiva, el fútbol y el deporte en general crece a una velocidad abismal y nos demanda una atención al mismo calibre sobre lo humano. La atención al detalle, al desarrollo personal y a una cultura que humanice el deshumanizado mundo de la élite profesional, al menos, nos ayudará a sanar y a crear nuevas atmósferas, que se acerquen a la excelencia del individuo, y de uno mismo.