Si el entrenamiento de porteros cada vez más profundiza; en la técnica, la táctica, el aspecto físico, aspectos socio-afectivos, en lo emocional… Tratando de ofrecer respuestas con y sin balón al portero de un alto nivel y calidad. Claramente nos dirigimos a una especialización máxima en todas sus facetas entrenables.
En este caso empieza a vislumbrarse que en el futuro más inmediato indagar en el entrenamiento del cerebro, puede cobrar un elemento diferencial y clave en el avance del entrenamiento de porteros.
Generar tareas reactivas y proactivas para percibir antes la información, detectar, y procesar con eficiencia, sin duda, nos abre un nuevo paradigma.
Lo realmente increíble en esta pasión que nos lleva más de 15 años desarrollando, es que nunca tiene límite.
Es un constante de evolución, indagación y aprendizaje.